¿Cómo crear un plan de ahorro y por dónde debo empezar?

Un buen plan de ahorro es un componente fundamental para una vida financiera estable.

May 26, 2022
Lo lees en 12 minutos

¿Cómo crear un plan de ahorro y por dónde debo empezar?

Un buen plan de ahorro es un componente fundamental para una vida financiera estable.

May 26, 2022
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Un buen plan de ahorro es un componente fundamental para una vida financiera estable, segura y exitosa a través de la cual puedas alcanzar tus objetivos financieros a corto, mediano y largo plazo. Desde destinar ingresos para la cuota inicial de una vivienda o unas vacaciones con las que llevas soñando un buen tiempo, hasta crear un fondo de emergencia o un plan de retiro, un plan de ahorros te permitirá contar con una hoja de ruta para alcanzar cualquier meta financiera que tengas.

Ahora, entendemos que pensar en finanzas puede resultar abrumador para algunos. Sin embargo, estamos aquí para demostrarte que lo más complejo de todo el proceso ¡es empezar! y que lo único que necesitas es organización y compromiso.



¿Cómo funciona?

Como te comentábamos, un plan de ahorro puede crearse en torno a múltiples objetivos, de manera que la cuantificación de variables depende del objetivo específico en cuestión y de tu situación financiera al momento de comenzar.

En términos generales, puedes entender tus objetivos específicos de ahorro en corto, mediano y largo plazo (Chase).

  • Plan de ahorro a corto plazo: Suelen comprender aquellos planes con un plazo de cero a un año: desde unas vacaciones o un evento específico, como una boda.
  • Plan de ahorro a mediano plazo: Estos planes de ahorro tienen una duración de dos a siete años. Un buen ejemplo es la cuota inicial de una vivienda.
  • Plan de ahorro a largo plazo: Los planes de ahorro a largo plazo incluyen aquellos que creas en torno a objetivos que te gustaría alcanzar de siete años en adelante. Aquí entraría un plan de ahorro para retiro, por ejemplo.

Ahora, y a pesar de que puedes ahorrar con objetivos muy específicos, el ahorro es una forma de protegerte y sentirte más seguro frente a cualquier eventualidad o circunstancia que no tengas contemplada entre tus planes como la pérdida de un ingreso, un accidente o un despido. A este tipo de ahorro se le denomina un “fondo de emergencia”, fondo que te permitirá hacer frente a imprevistos mientras reduces la necesidad, dependencia y costos asociados a tarjetas de créditos o préstamos. Los fondos de emergencia son considerados como un “asset” necesario, que todos deberíamos tener.

Como puedes ver, establecer objetivos financieros puede resultar relativo; depende de tus necesidades y las metas que quieras lograr. Sin embargo, e independientemente del tipo de ahorro que escojas, existen una serie de “pasos” que te van a permitir crear la hoja de ruta ideal; lo único que tienes que hacer es aterrizarla a tu situación personal.



¿Por dónde debo empezar? Un inventario de tus ingresos, gastos y deudas.

El error que la mayoría de personas comete es no tener claro cuánto ganan y cuánto gastan. Suena extraño, pero si bien se suele tener una idea de un ingreso específico, si no se lleva registro de cuánto dinero se necesita para pagar necesidades básicas y mantener el estilo de vida que tienes, es realmente fácil caer en deudas y estar cada vez más lejos de generar un ahorro.


Tus ingresos

¿Con qué ingresos cuentas, realmente, de manera mensual? Entender este número es fundamental. A partir de él podrás determinar la capacidad de gasto y de ahorro que tienes, y empezar a generar los cálculos que necesitas para conseguir tus objetivos.


Tus gastos

Tus gastos son igual de importantes. El problema con los gastos radica en que pocas veces somos lo suficientemente juiciosos para gastar en aquello que necesitamos; tendemos a contar con créditos para gastar lo que no tenemos en cosas de las que podemos prescindir. Por eso es muy importante diferenciar entre necesidades y lujos.

Tus necesidades son aquellas cosas que son necesarias, valga la redundancia, para una vida integral. Alimentación, servicios, vivienda, educación, elementos personales, el mantenimiento de tu auto y demás.

Tus lujos son aquellos gastos que si bien aportan para un estilo de vida que quieres tener, no son necesarios. Ir a restaurantes permanentemente, comprar ropa todas las semanas, tus subscripciones a servicios de streaming, juegos, decoración y cosas por el estilo.

Tener claridad de cuáles son y saber diferenciarlos es importante porque, a partir de tu sueldo, tendrás que descontar aquellos gastos necesarios para entender con cuánto dinero cuentas para gastar y ahorrar. Supongamos que quieres ahorrar una cantidad de dinero determinada y después de hacer un registro de las cosas en las que gastaste el último mes, te das cuenta que necesitas disminuir tus gastos; no disminuirás el presupuesto de alimentación o servicios médicos, pues son necesarios. Sin embargo, podrías ir a comer una vez al mes, y no cinco, y así empezar a ahorrar la cantidad que necesitas.


Tus deudas

Vivimos en un mundo con muchas facilidades de créditos y préstamos, que funcionan en muchas ocasiones para necesidades inmediatas que no podemos cubrir al no contar con un ahorro para hacerlo, pero que nos esclavizan a tener una deuda a la cual tenemos que destinar parte de nuestros ingresos. Adicional a esto, las deudas suelen estar asociados a intereses que aumentan el tamaño de las mismas, haciendo que perdamos mayor poder adquisitivo entre más tiempo tengamos sin pagarlas.

Lo ideal es salir, tan pronto como se pueda, de todas tus deudas. Si no tienes deudas significativamente grandes, organízate para pagarlas en el menor tiempo posible a partir del dinero que “te sobra” una vez le restas tus gastos necesarios a tu ingreso mensual. Deshazte de ellas.

Sin embargo, también entendemos que hay ocasiones en que las deudas son más grandes y aún así, quieres empezar a ahorrar de manera paralela. Está bien. Lo importante es que establezcas en cuánto tiempo quieres salir de esa deuda, a partir de un cálculo de cuánto estás perdiendo en intereses y tu capacidad económica, y nunca dejes de destinar dinero a dicha deuda.

Y recuerda una de las reglas más importantes en finanzas personales: ¡no gastes lo que no tienes!



Ahora, establece tu objetivo financiero

¡Completaste el primer paso! Entendiste tus ingresos, tus gastos necesarios y aquellos “lujos” de los cuales puedes prescindir, y estableciste un plan para deshacerte de tus deudas. Ahora, vas a definir cuánto quieres empezar a ahorrar.

El monto destinado para tu ahorro depende del objetivo que tengas. Supongamos que quieres hacer un viaje dentro de tres meses, y sabes cuál es el precio del viaje. Lo que tienes que hacer es dividir el monto total de lo que necesitas para hacer el viaje en la cantidad de meses que te quedan para hacerlo. Eso te dará una idea de cuánto tienes que ahorrar para poder llevarlo a cabo sin endeudarte.

Lo primero que tienes que hacer, al determinar tu objetivo de ahorro, es establecer objetivos S.M.A.R.T:

  • Specific (Específicos): Quieres generar un ahorro de emergencia. Perfecto. Ahora establece, de manera exacta, de cuánto es ese ahorro. Para un fondo de emergencia se suele hablar de un ahorro que contemple la cantidad de dinero que gastarías de tres a seis meses en gastos necesarios. Para un objetivo más a corto plazo, como un viaje, establece cuánto costaría ese viaje: ¿cuál es la sumatoria de tiquetes, alojamiento y gastos contemplados?. Ese es el valor que tienes que contemplar como objetivo.
  • Measurable (Medibles): De la mano con la anterior característica, tus objetivos tienen que poder medirse con un valor específico.
  • Achievable (Alcanzables): Por eso es tan importante determinar tus ingresos y el dinero “que te sobra”. A partir de ese dinero del que podrás disponer, podrás entender qué cantidad podrás empezar a ahorrar, de verdad.
  • Realistic (Realistas): Soñar es importante. Sin embargo, para crear un plan alcanzable y no desanimarte en el proceso, es igual de importante establecer un plan alineado con tus capacidades económicas.
  • Supongamos que tienes un ingreso de $3,000,000 COP y que en tus gastos necesarios se va $1,500,000 COP. Eso te deja un margen de $1,500,000 COP para ahorrar. Contemplas tus gastos prescindibles y después de entender que hay algunos que puedes dejar ir, de momento, decides que te gastarás $500,000 COP mensualmente, y ahorrarás $1,000,000 COP. Tu plan de ahorro tiene que coincidir con esta capacidad. Si tu objetivo es realizar un viaje que te costará $7,000,000 COP, deberías planearlo para dentro de siete meses, ya que por mes cuentas con la capacidad de ahorrar de a $1,000,000 COP mes a mes.
  • Time bound (En un tiempo delimitado): Tu objetivo tiene que ser medible en el tiempo. Sabes que quieres ahorrar $1,000,000 COP para el viaje, tendrías que hacerlo por siete meses. Ahora supongamos que quieres generar un ahorro de fondo de emergencia, a plazo indefinido ¡perfecto!
  • Sin embargo, es recomendable establecer un tiempo. Partiendo de los montos utilizados como ejemplo en el punto anterior, sabes que tu gasto necesario por mes es de $1,500,000 COP y entiendes que un buen ahorro de emergencia representa este monto por tres, cuatro, cinco o seis meses. Para estar seguro por seis meses, tendrías que ahorrar un total de $9,000,000 COP. Con una capacidad de ahorro de $1,000,000 COP por mes, lo lograrías en nueve (9) meses. Esa tiene que ser tu meta temporal. Si quisieras ir ahorrando a término indefinido, una vez la cumplas, vuelve a establecer otra meta temporal. Psicológicamente, el tener un límite de tiempo nos hace sentir más obligados a cumplir.

Es importante establecer que puedes iniciar con un plan de ahorro que te permita el cumplimiento de más de un objetivo; podrías tener de manera permanente una parte destinada a un fondo de emergencia y otra parte destinada a, por ejemplo, la cuota inicial de un bien; un carro o una vivienda. Las posibilidades son muchas; lo importante es tener claridad en la cantidad mensual que destinarás a cada objetivo, ponderada con la prioridad que representa y tu capacidad económica.

Ahora, en términos generales parece lógico, independientemente de si tienes un objetivo a corto, mediano o largo plazo, o no, contar siempre con un plan de ahorro “de emergencia” que te permita contar un con un “colchón” de seguridad.

El beneficio de tener un fondo de emergencia ahorrado es que, en dado caso de que sea absolutamente necesario, cuentas con un fondo al cual acudir para casos específicos en los que vayas a incurrir en un gasto que no esté contemplado como necesidad o como gasto prescindible “corriente” (como lo serían salidas a comer o lujos como los que te hemos mencionado), tales como un viaje. Evidentemente no debería ser algo concurrente, porque conllevaría a un desorden financiero, pero un fondo permanente de ahorro que supere un objetivo específico te abre una oportunidad mayor.



Finalmente, decide en dónde depositarás tus ahorros

Las opciones en este caso parecen ilimitadas. Lo importante es tomarse el tiempo de investigar, informarse y determinar cuál de ellas se ajusta a tus necesidades.

Un consejo generalizado es tener una cuenta o bolsillo digital independiente, específicamente destinado para tus ahorros. Uno que no se mezcle con la cuenta en la que mantienes los ingresos de los cuales harás uso en el día a día, de manera que “te puedas olvidar” de ese dinero una vez lo deposites, de manera que no cuentes con él para ningún gasto mensual.

En cuanto a la opción que elijas, podrías escoger cuentas bancarias, bolsillos digitales o billeteras digitales (e-wallets), que te permitirían tener un acceso directo e inmediato a tus ahorros. Un certificado de depósito, en el que deposites tus ahorros por un periodo determinado de tiempo antes de poder acceder a ellos. Podrías escoger también invertir una parte de tus ahorros, buscando que te generen algún tipo de rentabilidad a largo plazo. O tienes la opción de escoger herramientas como Littio, que te permiten proteger tu patrimonio (en dólares digitales, protegiéndote de la devaluación), mientras obtienes recompensas.

Como puedes observar, crear y ejecutar un plan de ahorro no es para nada complejo. Como mencionábamos anteriormente, sólo necesitas organizarte, entender tus ingresos, gastos y deudas, y establecer uno o múltiples objetivos.

Ahora, un plan de ahorros puede ir creciendo con el tiempo, a medida que tus ingresos lo van haciendo contigo. Lo realmente importante es comenzar. Incluso con un monto mínimo de manera mensual, que al principio puede no parecer mucho, pero que al final representa algo, diferente al ahorro 0 que tendrías si nunca hubieras empezado. Ahorrar, aunque inicialmente sea con poco, es el primer paso para crear una vida financiera segura y exitosa, que al final del día es lo que todos queremos lograr.



Referencias

LA CUENTA PARA CIUDADANOS DEL MUNDO